A Juan Ramón Jiménez
(32 cartas)
N.º 1
Al cantor de Arias Tristes
Queridísimo Juan Ramón:
He recibido su libro admirable, que leo y releo para empaparme de él y poder escribir algo a mi gusto. Estoy dispuesto a que esa obra se critique y a enterar a las gentes de muchas cosas que no saben. Lo que haga quisiera publicarlo en Helios o en cualquier revista donde hubiera espacio. Preferiría que fuera en Helios. ¿Y por qué no? ¿Acaso no es ahí donde elaboramos el arle de mañana? ¿No es esa la única revista que mantiene la juventud y el amor de la belleza?
He de hacer algo sincero lleno de verdad y de amor, no un bombo ridículo ni una crítica de ratón. Su libro de V. es sencillamente admirable. Con el alma que V. ha puesto en sus ‘»Arias tristes” se hubieran llenado infinitos volúmenes de inmortales.
Yo trabajo también. Creo en mí, creo en V., creo en mi hermano, creo en cuantos hemos vuelto la espalda al éxito, a la vanidad, a la pedantería, en cuantos trabajamos con nuestro corazón. Pero pienso, queridísimo amigo, que es necesario afrontar una gran lucha contra la ignoble chusma nutrida de la bazofia ambiente. Pero hay que luchar sabiendo que los fuertes somos nosotros, no esa pobre canalla que escribe en términos minúsculos contrahechos. No me agradó el artículo de Martínez Sierra en Alma española, porque vi en él un fondo de humildad que no es el nuestro. No, yo protesto, por él y por mí, y por todos nosotros, ¿Y V.?. . . V. protesta como yo. ¿Necesitamos V. ni yo, ni nadie, de la compasión de los regeneradores de oficio para ser poetas? ¿La necesita acaso nuestro buen amigo?
Su libro de V. es admirable. Por él he pensado y he sentido y he llorado y al hablar de él he de hacerlo con el mismo amor que si se tratara de algo mío, porque yo he puesto al leerlo casi tanto amor como V. al escribirlo. Quede con Dios, y no me publique ninguna de estas frases que yo escribo, tan fuera de literatura. Ser literato vale tanto como ser zapatero de viejo o constructor de jaulas para grillos. Ser poeta como V. lo es. ¿Qué más se puede ser?
Suyo, suyísimo
Antonio Machado.
[1903]