El jueves 22 de febrero se cumplirán 85 años de la muerte del poeta sevillano de proyección universal Antonio Machado Ruiz, a sus 63 años de edad.

La tragedia aconteció en el pueblecito de pescadores de Colliure, en pleno Rosellón de Francia, a orillas del Mediterráneo.

Era miércoles de ceniza y su agonía corrió pareja al derrumbamiento de la II República española, a la que siempre le fue fiel.

Machado constituye un referente universal de hombre bueno y estandarte de la provincia de Soria, por colocar su nombre y su paisaje a la altura de cualquier otro referente literario globalmente conocido.

Una comitiva de alumnos y profesores del instituto que recibe su nombre en la capital, el IES Antonio Machado, como es tradición cada 22 de febrero, subirá sobre las 11.30 horas al cementerio del Espino a conmemorar, junto a la tumba de Leonor, el aniversario de su muerte y, sobre todo, a mantener viva su memoria y su legado en un centro que tanto le debe, dando así continuidad a un rito que ya forma parte de la idiosincrasia del histórico Instituto.

Se continúa de esta manera con una tradición que se realiza desde el 22 de febrero de 1967, aunque el origen de este homenaje se remonta a 1924, cuando varios amigos de Machado, entre ellos José Tudela y Mariano Granados, decidieron dejar un ramo de flores en la lápida donde descansa su esposa Leonor: breve y musa.

El centro quiere poner así de manifiesto su perenne vinculación con el poeta que le da su nombre, y dejar constancia de que, durante su estancia en Soria, constituyó, junto a su mujer, uno de los puntos centrales de su vida.

Si bien en los primeros años fue el alumnado de los cursos superiores el que subía al cementerio, en las últimas décadas, han sido los nuevos alumnos de 1º de ESO los que han subido hasta El Espino, para recitar, junto a la tumba de la esposa del poeta, algunos de sus versos más conocidos, convirtiéndose así en legatarios de los deseos del poeta y en continuadores de la recuperación de su memoria. El objetivo es que el nuevo alumnado conozca la vinculación tan fuerte que unió al poeta con Soria y con el centro, y que sean ellos los que, en años venideros, perpetúen esta tradición tan arraigada y significativa.

Estos alumnos continúan el encargo que D. Antonio hiciera a su amigo José María Palacio en Campos de Castilla: “Palacio, buen amigo, / ¿está la primavera / vistiendo ya las ramas de los chopos / del río y los caminos? (…) // Con los primeros lirios / y las primeras rosas de las huertas, / en una tarde azul, sube al Espino, / al alto Espino donde está su tierra…

El acto será sencillo pero emotivo y consistirá en la colocación de un ramo de flores en la tumba de la esposa del poeta y en la lectura de alguno de los poemas de su obra Campos de Castilla que más lo vinculan con ella, con Leonor, y con Soria, a la que legó el inmenso regalo de una imagen lo más pura posible.

En los últimos cursos la actividad concluye delante del olmo seco, con la lectura del poema “A un olmo seco” y con una fotografía de familia de los participantes en el acto.

Este es, sin duda, el homenaje más auténtico que se le puede tributar a alguien tan poco dado a exhibiciones y agasajos, junto con el de aproximarse una vez más a su obra y disfrutarla.

Dentro de esta conmemoración global, la Asociación de Amigos del Instituto Antonio Machado ha programado para el jueves 22 de febrero de 19:30 a 20:30 horas, y por séptimo año consecutivo, la actividad ‘Hoy leemos a Antonio Machado’ que se desarrollará en el Aula del Poeta, con la actuación musical de Román Angulo y Lucía Arias.

La convocatoria está abierta al público en general y en ella podrán leer poemas machadianos todas aquellas personas que lo deseen.

Fuente: El Mirón de Soria