- Invita a descubrir a la poeta y dramaturga (1889-1979) a través de sus libros, fotografías, manuscritos o numerosas cartas
- Comisariada por Alicia Viladomat y Juan Marqués, este recorrido por la vida y obra de Guiomar puede visitarse hasta el 18 de febrero
El Instituto Cervantes ha abierto hoy al público la exposición «Las palabras de un secreto. Pilar de Valderrama», que reúne en torno a 180 piezas sobre la poeta y dramaturga madrileña (1889-1979), también conocida con el sobrenombre de Guiomar. Además de su obra creativa, se exhiben fotografías, manuscritos, cartas y numerosos objetos que resumen su trayectoria e invitan a descubrir a una autora cuya poesía figura en muchas antologías.
La secretaria general del Instituto Cervantes, Carmen Noguero, destacó en la inauguración la importancia de la obra de aquella creadora que fue «una pionera en reivindicar la escritura de las mujeres y autora con nombre propio de libros importantes de la primera mitad del siglo XX». Tras invitar a conocer los objetos «de extraordinario valor» que reúne la sede central del Instituto, anunció que se organizarán diversas actividades complementarias mientras permanece abierta al público hasta el próximo 18 de febrero, para viajar después al centro del Instituto Cervantes de Burdeos (Francia).
Los comisarios son Alicia Viladomat, nieta de Pilar de Valderrama, quien lleva años reivindicando la memoria de su abuela (sobre la que publicó en 2022 el libro Pilar de Valderrama. Memorias de un gran secreto), y Juan Marqués, doctor en Literatura Española por la Universidad de Zaragoza.
El recorrido se organiza en cinco secciones. La primera, bajo el título “El infinito afán: 1889-1930”, presenta sus primeros poemarios y, con ellos, su tardía pero decidida irrupción en el medio intelectual y cultural de los años veinte del siglo pasado. Ese afán literario comenzó con su primer libro de poemas, Las piedras de Horeb (1923), que cumple ahora un siglo, y le siguieron otros cinco poemarios: Huerto cerrado (1925), Esencias (1930), Holocausto (1943), Obra poética (1958) y el ya póstumo De mar a mar (1984).
La siguiente sección, “El jardín pequeño: el Teatro Íntimo Fantasio” se centra en sus iniciativas teatrales, entre la que destaca la fundación junto con su marido, de ese pequeño teatro familiar o privado. Contiene libretos de las obras representadas, invitaciones, programas, dibujos de figurines, fotografías y otras evidencias de aquella aventura que funcionó en el domicilio de ambos en la calle Pintor Rosales de Madrid entre 1929 y 1930.
Le sigue “El mar que amo: la sombra de Guiomar (1928-1939)”, que aborda la amistad que mantuvo con Antonio Machado durante esos once años, hasta la muerte del poeta en el exilio. Ella fue “la diosa, la musa” del autor sevillano, dijo Viladomat, mientras que Juan Marqués aludió a la «amorosa amistad» que ambos mantuvieron, y que inspiraría a ambos poemas importantes. Las cartas que ella le envió están desaparecidas, mientras que las que mandó Machado a la autora se encuentran en la Biblioteca Nacional.
La sección “Los ocasos dorados (1940-1979)” se refiere a los años de la dictadura, con algún nuevo libro, la gestión de su correspondencia y la redacción de sus memorias, relacionado todo de algún modo con la administración del gran secreto de Pilar de Valderrama: su relación con Machado. Su libro de recuerdos Sí, soy Guiomar. Memorias de mi vida no vio la luz por su propio deseo hasta 1981, dos años después de su muerte.
Por último, “Frutos de mi semilla: la familia de Pilar de Valderrama” repasa el entorno familiar de la autora, con obras de su cuñado el gran escultor Victorio Macho (con un busto en mármol de la hija mayor de la autora); de su marido, el dramaturgo Rafael Martínez Romarate; su yerno, el pintor y cineasta Domingo Viladomat, y de sus tres hijos: Alicia, María Luz y Rafael Martínez Valderrama.
Docenas de piezas
Entre las piezas de la exposición se encuentran casi medio centenar de libros, además de otras tantas fotografías, cartas, manuscritos (como el soneto que dedicó a Gerardo Diego) o mecanoscritos, documentos diversos, pinturas, dibujos y otros objetos personales. Cabe citar su máquina de escribir Remington, abanicos, el documento de sus capitulaciones matrimoniales, una pulsera de oro o unos cubiertos de su ajuar de boda.
El comisario destacó la importancia de la correspondencia postal que, como se comprueba en la muestra, mantuvo Valderrama durante de los años cincuenta y sesenta con personalidades de la talla de Jorge Guillén (quien fue «uno de sus confidentes más importantes»), Gerardo Diego, Gregorio Marañón, Azorín, Vicente Aleixandre, José Luis Cano, José Manuel Blecua o Rafael Cansinos Assens, entre otros nombres propios de la cultura española del pasado siglo. Para Juan Marqués, esas cartas son la mayor aportación documental o la mayor novedad de este gabinete bibliográfico.
Además de los seis poemarios, se muestra la única obra teatral que publicó, El tercer mundo (1934), acompañada por los originales de dos obras de teatro inéditas ‒La vida que no se vive y Lo que vale más‒ que puede verse por primera vez.
El gabinete bibliográfico brinda la oportunidad de acercarse a la figura y la obra de una autora insuficientemente conocida, cuya poesía, escrita a lo largo de seis décadas, trasciende los calendarios, pues comenzó hundiendo sus raíces en el modernismo y después se adaptó a la sobriedad de la literatura de posguerra.
Se ha editado un cuidado catálogo de 240 páginas que reproducen los elementos de la exposición, con textos de Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, de los dos comisarios y de otros cuatro especialistas: Carlos Aganzo, experto en la figura de Pilar de Valderrama; Javier Lostalé, que escribe sobre su poesía; Alicia Chamorro, que adelanta parte del epistolario de la autora, y Miguel Ángel Camacho, que analiza lo relativo al teatro. Estos tres últimos mantuvieron un coloquio con Alicia Viladomat como colofón de la inauguración.