El jueves 27 de noviembre de 1919, «El Adelantado de Segovia» anunciaba la llegada a Segovia de Antonio Machado y le recibía de forma muy cariñosa terminando el artículo de este modo: «Enviámosle nuestro más afectuoso saludo y mucho celebraremos que encuentre grata su estancia en esta vieja ciudad castellana, donde seguramente hallará motivos de inspiración el genial poeta». Con términos similares le acogía La Tierra de Segovia ese mismo día: «Reciba pues, nuestro más querido poeta el más cordial saludo de LA TIERRA DE SEGOVIA» y expresaba sus esperanzas que escribiera sobre Segovia tanto como lo había hecho sobre Soria.

Fue tanto el cariño demostrado hacia don Antonio que incluso doña Ana, madre del poeta, se enteró de estos artículos y con fecha del 6 de diciembre de 1919 escribió a su hijo para que diera las gracias a las personas que así habían escrito.

«Queridísimo hijo: hoy me he visto agradablemente sorprendida por un periódico de esa localidad en que veo con satisfacción la cariñosa acojida [sic]que te han hecho los Segovianos y lo mucho que saben apreciar tus trabajos. La lectura de este periódico me emocionó y deseo si sabes la persona que ha tenido la delicada atención de mandarme un número de ese periódico dile cuanto se lo he agradecido y le das en mi nombre las gracias muy expresivas…».

Esta carta debió tener un gran valor para don Antonio ya que la llevó con él en el momento de salir al exilio.

Durante el tiempo que estuvo Don Antonio en Segovia se contabilizan no menos de ochenta artículos que hablan de él (siempre muy cariñosamente) en la prensa segoviana, contando alguna colaboración suya.

Es cierto que el poeta se integró plenamente en la vida intelectual de la ciudad y se implicó activamente en la Universidad Popular dando clases de francés y literatura española. Incluso donó varios ejemplares de sus libros a la biblioteca. Participó en las tertulias literarias y se confundía con ese pueblo que él amaba y que le amaba.

La Universidad Popular y sus amigos de Segovia llegaron hasta proponer su candidatura a la RAE y efectivamente fue elegido en marzo de 1927.

Hizo muchos amigos hasta el punto de que en 1932 cuando consiguió su traslado a Madrid siguió guardando su celda de viajero en la pensión de Luisa Torrego para hacer alguna visita a la ciudad del acueducto.

También intervino en la vida política sin ocultarse de ello. El 14 de febrero de 1931, presentó un mitin de la Agrupación al Servicio de la República organizado por el Partido Republicano de Segovia en el Teatro Juan Bravo. Y, acto todavía más visible si cabe, dos meses después el 14 de abril, el poeta enarbola la bandera republicana en el balcón del ayuntamiento. Con esos dos actos quedaban claros la ideología y el pensamiento de don Antonio y sin embargo seguía recibiendo el cariño de los segovianos.

Pero de repente y sin saber cómo ni por qué don Antonio se convirtió en persona non grata para esta ciudad cuando en noviembre de 1936 el poeta se vio obligado a marchar al exilio. Sus amigos de Segovia, que conocían perfectamente sus ideas políticas y que por lo tanto no hubieran tenido que sorprenderse, reaccionaron de forma muy violenta publicando este escrito ‘El Adelantado de Segovia’:

«Pues bien esos intelectuales huyen de Madrid ante el temor de la próxima entrada de nuestro ejército en dicho vecindario. ¿Por qué esa fuga vergonzosa especialmente de los señores Machado y Ortega y Gasset? ¿Es que creen que nuestras tropas no les iban a respetar, dejándoles vivir tranquilos, entregados a sus lucubraciones literarias y filosóficas o a sus especulaciones científicas?… ¿Es qué son culpables de concomitancias con los rojos? Probablemente, cuando se apresuran a ponerse a salvo de inquietantes responsabilidades. Por lo menos, consentidores de los desmanes de las turbas revolucionarias, sí lo han sido… Que se vayan, en mala hora, a Valencia, y desde esta ciudad, al extranjero cuando en ella penetren las fuerzas militares liberadoras. No supieron amar nuestra patria y la menospreciaron criminalmente. Que en el éxodo a países extraños hallen el acomodo a sus simpatías denigradoras de todos nuestros valores raciales para no volver más a la tierra que les vio nacer, y que se deshonraría acogiendo en sus senos la paz de sus sepulcros».

El día 11 de noviembre de 1936, el claustro del Instituto General y Técnico ya acordó por unanimidad declarar indeseables a tales señores [Machado Ruiz, Landa Vaz y Jaén Morente] y estimando a la vez como depresiva la presencia de sus nombres en el Escalafón al que nos honramos pertenecer. Curiosamente la página del acta correspondiente a ese día ha sido arrancada.

Don Antonio se enteró de todo ello y podemos imaginar su sorpresa, por no decir decepción. ¿Quizá las circunstancias obligaran a ello?

Menos mal que de sde la publicación de estos artículos y después de la guerra, Segovia volvió a demostrar su admiración y afecto hacia el poeta. Es la única ciudad en que vivió Machado que ha conservado tal cual la casa que habitó y es una de las ciudades que año tras año le dedica un homenaje en el día del aniversario de su nacimiento y en el de su muerte.

Fuente: El Norte de Castilla